No
existe una relación de amor en el mundo que no haya sido, en un momento u otro,
sacudida por los celos de uno de la pareja. Es la naturaleza humana y parece casi siempre más fuerte que
nosotros, pero no lo es. Controlar los ataques de celos es más fácil de lo que
piensas y vale la pena el esfuerzo (por el bien de tu salud mental y por el
bien del amor de la pareja...), de lo contrario, puede ser el principio del fin
de una relación.
1. Aprende del pasado.
Debemos reconocer y mejorar los
errores del pasado para no volver a cometerlos, por lo que si el hecho de ser
celoso regresa, es el momento para atraparlo. Si los celos ya han dañado una ex-relación, se corre el riesgo de
que vuelva a ocurrir.
Quien es celoso tiene una tendencia a
distorsionar la realidad, es decir: un pequeño gesto o palabra es suficiente
para despertar los celos más salvajes, desencadenando una verdadera película en la cabeza. Es importante no dejar que nuestra imaginación fomente los celos
de algo que no es real. Las personas más celosas
necesitan aprender a diferenciar la realidad de la ficción, por el simple hecho
de que no todo es lo que parece.
2. Reflexione bien antes de actuar.
Las personas más celosas
tienden a pasar a la acción (discusiones, acusaciones, victimización, abuso
verbal e incluso físico), antes de tomarse un minuto de reflexión. Uno siempre
debe pensar dos veces antes de reaccionar a cualquier provocación, y en el caso
de los celos, piensa tres veces.
3. Busque una segunda opinión.
No todas las personas saben cómo
lidiar bien con los celos, porque se trata de una emoción que es parte de la
naturaleza humana. Si este es el caso, y en vez de
hacer escenas lamentables (de la que más tarde se arrepentirá), es recomendable
buscar a un amigo(a) para dar rienda
suelta a tus preocupaciones e inseguridades. Siempre es bueno tener la opinión de una persona neutral.
4. Conversen juntos.
La confianza y la comunicación
representan la piedra angular de cualquier relación. En lugar de hacer una escena de celos frente a tus amigos o
estropear lo que iba a ser de regreso a casa una noche perfecta, es mejor tomar
una respiración profunda, analizar la situación con frialdad y luego hablar con
tu pareja. Sí ¡hablar!
y no enfrentar o gritar. Habla abiertamente sobre lo que
te molestaba y cómo te sentías. Ciertamente, te darás cuenta de
que después de todo no era nada y que no volverá a ocurrir, o más bien a molestarte.
5. Preste atención a la relación.
Quién está obsesionado con seguir cada paso y cada
palabra de su pareja es poco probable que tenga el tiempo o la paciencia para dedicar a la relación misma. El objetivo de estar con otra
persona es vivir y sentir la proximidad sana y apasionada. Dedica tu tiempo para fortalecer la relación y no para los celos
sin fundamentos.
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