Muchas veces,
cuando hablamos de la importancia de la generosidad, la primera respuesta es
que estamos viviendo tiempos difíciles. Eso es porque la gente asume que la
generosidad sólo significa dar a la gente cosas.
El Dalai Lama
dijo la famosa frase: "Si quieres que los demás sean felices, practica la
compasión. Si quieres ser feliz, practica la compasión." Lo mismo es
cierto para la generosidad. La generosidad es la cualidad de ser amable y
comprensivo, la voluntad de dar a otras cosas que tienen valor, también a
menudo se define como un acto de abnegación. La práctica de la generosidad es
un principio de salud mental, y que podría ser la clave para una vida feliz y
saludable.
Año tras año,
más y más estudios están poniendo de relieve los beneficios de la generosidad,
tanto en nuestra salud física y mental. Ser generoso reduce el estrés, promueve
la salud física, mejora el propio sentido de propósito, y lucha de forma
natural contra la depresión. Todo esto conlleva a tener una vida más duradera y
feliz.
Si una vida más
larga, menos estresante y más significativa no es suficiente para inspirar a
acelerar la práctica de la generosidad, pues tenga en cuenta que la generosidad
también promueve una conexión social y mejora las relaciones. Cuando damos a
los demás, además de hacer que sientan que están más cerca de nosotros, también
nos sentimos más cerca de ellos. Esto es porque
ser generoso y amable nos anima a percibir a los demás con una luz más
positiva y fomenta un sentido de comunidad, un sentimiento de interconexión.
Ser generoso
también nos hace sentir mejor con nosotros mismos. La generosidad es un
constructor de confianza natural y un repelente natural de auto-odio.
Centrarnos en lo que estamos y no en lo que estamos recibiendo, nos orientamos
más hacia fuera, hacia el mundo, y desplazamos la atención de nosotros mismos.
Pasamos
demasiado tiempo escuchando a esa voz interior que critica en nuestras cabezas,
que examina todos nuestros movimientos y
nos regaña con pensamientos negativos. Estos pensamientos negativos
socavan nuestra confianza y pueden conducir a la auto-sabotaje. Ser generoso
nos distrae de esa voz interior. Cuando vemos que alguien más se beneficia de
nuestras acciones es difícil que la voz interior argumente que no valemos nada.
Así que te
invitamos a reflexionar sobre estas palabras y darle un giro diferente a tu
vida. También nos gustaría que compartas esta publicación.
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