Vivir un día no significa pararte a la
hora de siempre, cepillarte y cumplir tu rutina, es necesario aclarar de una
vez esto: “Seguir una rutina es todo lo
contrario de vivir”. Vivir y rutina son conceptos contrarios, vivir y libertad
son dos conceptos que deberían ser sinónimos, solo así se puede concebir la vida.
¿Libertad para qué?
Vamos a caer en un círculo digno del
famoso juego del gallo pelón, pero vivir es sentirse y ser libres… para vivir.
Vive un día y vivirás
una vida
En un sencillo ejercicio podemos resolver
esta complicada teoría: Se trata de vivir un día haciendo todo lo que quieras
hacer, siempre y cuando esto no afecte negativamente a una tercera persona: Tan
sencillo como eso. ¿Siempre has querido pararte a la medianoche y gritar que el
cielo es testigo de que amas a (el nombre de tu amor), sencillamente levántate
a medianoche y grítalo.
Lo peor es que puede pasar es que algún
vecino te grite para callarte u otro, romántico, saque su violín y prepare un
fondo a juego con tu muestra de amor. Pero lo mejor es que puede ser el
comienzo de un día en que hagas con tu hijo o tu pareja eso que tienen años
reprogramando, visites a tus padres y les digas cuanto aprecias todo lo que
hicieron por ti. Los momentos más bonitos que recuerdas en familia, también
decirle a ese compañero de trabajo que no está bien que comente todos los días
algo negativo de sus compañeros, pues no le trae ningún beneficio y termina
cayendo mal a todos. ¿Tienes cosas que agregar a este día especial para vivir? Agrega
lo que quieras pero lo más importante: hazlo. Es importante que tomes acciòn.
Luego de vivir un día así, no hay manera
de que no sientas que a partir de ese día, de verdad vivirás tu vida.
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